Arrepentimiento, y Plegaria Pidiendo Purificación

Extracto del Boletín Semanal


Febrero 28, 2016

Salmos 51

Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

“Ten piedad de mí, ho Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis Rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tu amas la verdad en lo intimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.
Porque no quieres sacrificios, que yo lo daría; No quieres holocaustos.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Haz bien con tu benevolencia a Sión; Edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia.
El holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

Tambien lea 2 Samuel 12: 1 – 15; 51:4 – Romanos 3: 4

Léelo con el corazón; muchas veces yo he orado esta palabra, y he llorado en la presencia de Dios

Prueba, hazlo, y sentirás tu corazón liviano asi como debe haberlo sentido David después que confeso su pecado a Dios.

Todos necesitamos esa ráfaga de aire fresco que viene de parte del Señor cuando somos capaces de humillarnos delante de El y reconocerlo justo, solo a El.

Que este Salmo lleve un refresco a tu corazón y a tu alma.

Nota:- autor desconocido

¡Que Dios los bendiga!
Ps. Marisa Varjabedian